miércoles, 4 junio 2025
Por: karol Yulieth Lopéz león
Colombia expulsó a la Fiscal General de Guatemala, Consuelo Porras, tras una orden de captura contra funcionarios colombianos. Petro la acusa de persecución política. ¡Escándalo diplomático en Latinoamérica!
El martes 3 de junio de 2025, la tensión entre Colombia y Guatemala escaló peligrosamente. La decisión del presidente colombiano, Gustavo Petro, de prohibir la entrada a la Fiscal General guatemalteca, Consuelo Porras, ha desatado un conflicto diplomático de proporciones internacionales. Esta medida, anunciada en un consejo de ministros televisado, se suma a la creciente fricción entre ambos países. La prohibición se da luego de una serie de eventos que han generado una crisis diplomática sin precedentes en la región.
La orden de captura emitida por Porras contra la Fiscal General colombiana, Luz Adriana Camargo, y el embajador de Colombia ante el Vaticano, Iván Velásquez, fue la chispa que encendió la mecha. Petro, en su declaración pública, acusó a Porras de "denostar a gente honesta colombiana y burlarse de la dignidad colombiana", llegando incluso a señalar sus vínculos con "amigos mafiosos". La Canciller Laura Sarabia se encargó de oficializar la prohibición a través de un acto administrativo.
La orden de captura guatemalteca se centra en el trabajo previo de Velásquez en la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala), donde investigó casos de corrupción de alto nivel. Esta acción es interpretada por el gobierno colombiano como una represalia por la lucha contra la corrupción en Guatemala. La situación se agrava por el hecho de que varios países ya han sancionado a Porras por socavar la justicia.
El conflicto entre Colombia y Guatemala pone de manifiesto la fragilidad de las relaciones diplomáticas en Latinoamérica cuando se cruzan intereses políticos con la persecución judicial. Las consecuencias de esta decisión podrían ser significativas, incluyendo un mayor deterioro de las relaciones bilaterales y una escalada de tensiones en la región. La prohibición de entrada a Porras representa una clara muestra de fuerza y una confrontación directa entre ambos gobiernos. La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de esta crisis.
La decisión de Petro es una respuesta contundente, pero también un riesgo. El futuro de las relaciones entre Colombia y Guatemala depende ahora de la respuesta de Guatemala y de la capacidad de ambos países para resolver sus diferencias sin mayores consecuencias para sus ciudadanos. La escalada de tensión internacional es innegable.
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