Por: Miguel Angel Trujillo

José ‘Pepe’ Mujica, exmandatario uruguayo, falleció debido a un cáncer de esófago con metástasis. Su legado y estilo de vida continúan inspirando a nivel global.

José ‘Pepe’ Mujica, expresidente de Uruguay y destacada figura de la izquierda latinoamericana, murió este 13 de mayo de 2025 a los 89 años. La confirmación vino por parte del presidente en funciones, Yamandú Orsi, quien expresó su profundo pesar ante la pérdida de uno de los líderes más emblemáticos y queridos del país. Mujica, conocido por su humildad y su compromiso con los desfavorecidos, había anunciado previamente su grave estado de salud, lo que había preparado a la nación para este triste desenlace.

En sus últimos días, Mujica estuvo acompañado por su esposa, Lucía Topolansky, y amigos cercanos en su modesta residencia en las afueras de Montevideo. En enero de este año, en una de sus últimas entrevistas, Mujica dijo: “Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. El guerrero tiene derecho a su descanso”, palabras que resonaron profundamente en el corazón de sus seguidores y en la prensa internacional.

Mujica, quien fue guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros antes de su carrera política, presidió Uruguay entre 2010 y 2015. Durante su mandato, fue aplaudido por su enfoque en políticas sociales y por vivir de manera austera, donando la mayoría de su salario y evitando el lujo habitual de la política. Su diagnóstico de cáncer de esófago fue revelado en mayo de 2024, y desde entonces, su salud fue deteriorándose rápidamente, complicada por una enfermedad inmunológica crónica.

La muerte de Mujica no solo representa la pérdida de un ex presidente, sino también de un símbolo de integridad y resistencia ante las adversidades. Su legado se discute ya en todos los rincones del mundo, destacando su influencia en la política no solo en Uruguay sino internacionalmente. La sencillez y honestidad con la que vivió su vida, combinadas con su firme defensa de los derechos humanos y la igualdad, lo convierten en un modelo a seguir, cuya memoria seguramente perdurará en las políticas y en el corazón de la gente.