Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

El 31 Festival Intercolegiado del Sanjuanero Huilense culminó con la elección de nuevas embajadoras, pero lo realmente impactante fue la renovación total del evento, que fusionó tradición y modernidad para conectar con las nuevas generaciones.

Un festival que va más allá de un simple concurso de belleza, apostando por la formación integral de jóvenes a través de la música, la danza, la gastronomía y el rescate del folclor huilense. Un evento que redefine la cultura regional.


El Festival Intercolegiado del Sanjuanero Huilense, celebrado durante cuatro días, reunió a estudiantes de once departamentos y el Huila. El evento, que se ha consolidado como un referente de transformación cultural, buscó la integración de jóvenes a través de diferentes actividades que promovieron el conocimiento y la valoración del patrimonio cultural. La innovación fue un elemento clave en esta edición.


Jairo Moya, organizador del evento, destacó la importancia de involucrar a los jóvenes en el conocimiento de la fiesta. Enfatizó la diferencia entre el festival y un reinado, subrayando el enfoque en la formación integral. Su estrategia innovadora, como el "DJ Fusión Folclor", combinando ritmos contemporáneos con música tradicional del Huila, buscó romper barreras y acercar a los jóvenes al folclor. "El propósito es que conozcan cuál es la música huilense," afirmó Moya.


La "Ciudad Sanjuanera" permitió a los colegios mostrar su oferta académica y cultural, mientras que una experiencia gastronómica inmersiva enseñó a los asistentes la tradición del asado huilense. La transformación de la tradicional entrevista de candidatas por una prueba de oratoria sobre temas relevantes del Huila, como la vida de Jorge Villamil, demuestra el compromiso con la formación integral. La Escuela Sanjuanera ofreció talleres de música, danza, artesanía, y habilidades blandas.


El festival finalizó con la elección de Valeria Córdoba Guzmán (Pitalito) como embajadora departamental y Helen Itzel Álvarez Niampira (Sopó, Cundinamarca) como embajadora nacional. El éxito del evento evidencia la necesidad de adaptar las tradiciones a las nuevas generaciones y la importancia de la educación cultural para la preservación del patrimonio. El impacto positivo en la juventud huilense podría ser un modelo para otras regiones.