Por: Miguel Angel Trujillo

El emblemático árbol samán, inmortalizado en la moneda de 500 pesos, es un símbolo de la biodiversidad colombiana que aún puedes visitar.

El samán de Guacarí, un gigante verde que se alza majestuoso en el Valle del Cauca, no es solo un árbol, sino un ícono cultural y natural de Colombia. Este árbol, que fue plasmado en la antigua moneda de 500 pesos, sigue siendo centro de atracción y orgullo nacional. Su imagen en la moneda no fue una elección al azar, sino un homenaje a su imponente presencia y al esfuerzo de conservación realizado por la comunidad local.

Según el Banco de la República, la inclusión del samán en la moneda buscaba destacar la importancia de la ecología y la preservación ambiental. Esta política de diseño refleja un compromiso más amplio con la celebración y protección de la rica biodiversidad de Colombia. El samán no solo adorna el municipio de Guacarí, sino que también se encuentra en otras áreas como Hispania, Antioquia, donde su presencia es celebrada con festividades locales.

En Hispania, la comunidad no solo cuida estos árboles, sino que también celebra las Fiestas del Samán cada año. Estas festividades incluyen actividades culturales, educativas y ambientales que subrayan la importancia del árbol en la región. A través de estas celebraciones, el samán se convierte en un punto de encuentro para la comunidad y un símbolo de su identidad cultural.

Este fenómeno resalta cómo elementos naturales como el samán pueden fortalecer la identidad comunitaria y fomentar la conservación ambiental. La historia del samán de Guacarí y su réplica en la moneda de 500 pesos es un recordatorio potente de cómo la cultura y la naturaleza pueden entrelazarse para crear símbolos duraderos que trascienden el tiempo y fomentan un legado de preservación y respeto por el medio ambiente.