Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

En un giro dramático, senador Iván Name y representante Andrés Calle fueron arrestados por corrupción relacionada con la UNGRD en Bogotá.

El 8 de mayo de 2025, un escándalo sacudió los cimientos políticos de Colombia cuando dos congresistas, el senador Iván Name y el representante Andrés Calle, fueron capturados en la cárcel La Picota, en Bogotá. Esta acción es parte de una investigación más amplia sobre corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), donde se alega que los congresistas participaron en una red que buscaba influir en el Congreso para beneficiar al gobierno actual.

La captura de estos políticos no solo ha capturado la atención de la nación, sino que también ha puesto en evidencia la profundidad de la corrupción en las esferas más altas del poder. Según testigos clave, entre ellos Sneyder Pinilla, esta red de corrupción tenía como objetivo comprar apoyos políticos para asegurar la aprobación de legislaciones favorables al gobierno. Estos testimonios han sido cruciales para entender la magnitud de las operaciones corruptas.

El operativo que llevó a la captura de Name y Calle fue el resultado de meses de investigaciones encubiertas y colaboraciones entre varias agencias del orden. La fiscalía ha indicado que este es solo el comienzo de una serie de acciones destinadas a limpiar la política colombiana de influencias corruptas. La noticia ha generado un debate nacional sobre la eficacia de las instituciones encargadas de combatir la corrupción y la integridad de los representantes elegidos.

Este caso subraya una crisis de confianza en el sistema político colombiano y plantea serias preguntas sobre las reformas necesarias para prevenir la corrupción en el futuro. La sociedad colombiana espera ahora no solo justicia, sino también un cambio significativo que asegure la transparencia y la honestidad en la política. La captura de estos congresistas podría ser un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción en Colombia.